Raphael miraba por la ventana de la sala de conferencias. Casi cada alfa de este lado del hemisferio se había reunido aquí junto con sus betas y ejecutores.
Había solo un lugar que podía albergar una reunión de este tipo, y ese era en el salón de baile del Hotel Silverworks. Era una de las múltiples propiedades que Raphael poseía, y aunque estar en algo que consideraba su territorio normalmente le tranquilizaba, ese no era el caso hoy.
Su piel se estremecía al escuchar a dos alfas enfrentándose verbalmente, cada uno acusando al otro de no respetar los límites territoriales. Esto era normal para una reunión como esta; tener a tantos hombres decidiendo que ellos eran el lobo alfa significaba que siempre estaban buscando maneras de probar su estatus.
Su lobo iba y venía en su mente, exigiendo que se transformara y acabara con todos.