¿Cómo podía ser que nunca hubieran hablado de esto antes?
Bassena sabía que Zein despertó cuando el hombre tenía diez años, pero nunca había pensado, ni en su imaginación más salvaje, que habían despertado el mismo día. Casi se sentía como un sueño, como un... destino.
Separando sus labios en un aturdimiento de asombro, Bassena miraba sin pestañear al guía, su guía, como si el hombre en sí fuera un milagro.
—¿Qué? Espera... —Abel, que finalmente terminó de ponerse la corbata correctamente, se giró para mirar al esper y a Zein—. ¿Me estás diciendo... que despertaron el mismo día?
—Parece que sí —dijo Zein con una dulzura que dejó a Abel bastante sorprendido, ya que nunca la había escuchado antes.
Como Zein no llevaba su máscara esta vez, Abel no tuvo que leer la expresión solo desde sus ojos. Así que fue más fácil ver cómo la fría apariencia de Zein se suavizaba, brillando suavemente como si una luz nocturna brillara desde dentro.