Comparativamente, el trato que recibió en este Templo fue enormemente diferente del que recibió en el Templo de Mago, principalmente por la Santa. Pero eso no significaba que su opinión fuera a cambiar.
Para él, eran los Seres Celestiales quienes eran responsables de toda esta situación con los calabozos y las distintas zonas. Ellos eran los responsables de la muerte y la miseria que sufría todo el planeta.
Ellos eran la raíz de la miseria que él sufría.
—No nos malinterpretes, Luzein —dijo la Diosa. Su tono era seco, pero no parecía estar enojada ni ofendida. Se veía calmada, como una madre veterana enfrentando la rabieta de un niño—. Estamos aquí para expiar el daño colateral que creamos. No estamos aquí para otorgar benevolencia o imponer castigos, esa es una frontera que todos debemos respetar.