Serena se quedó sentada allí, paralizada, el peso de lo que acababa de escuchar presionando sobre su pecho. No sabía si sentir alivio o horror. ¿O incluso más curiosidad? ¿Dónde estaba ese hijo? ¿Tenía un hermano?
Y su padre había luchado contra su abuela. Se había negado a ceder ante las manipulaciones de Edwina. Pero, ¿qué significaba esto para ellos? ¿Cuál había sido el verdadero costo de la desobediencia de su padre? La amenaza de la mujer mayor no había sonado como algo sin importancia...
Con las manos temblorosas, Serena hizo clic en el siguiente archivo de audio. La respuesta, parecía, solo llegaría en partes, pero ella estaba determinada a juntarlas.
Se preparó para lo que podría venir a continuación. La grabación comenzó con una ráfaga de estática antes de que una voz frenética y aterrada cortara el silencio: la voz de su padre.
—¡Madre! ¿Dónde está? ¿Dónde está mi hijo? ¿Dónde está Edwin?