Aiden estaba sentado en el auto, sujetando el volante laxamente con sus manos, los ojos cerrados mientras se recostaba contra el reposacabezas. Su mente estaba en tumulto, repasando todo lo que había sucedido en los últimos minutos. ¿Qué demonios le pasaba? ¿Por qué había sacado a Serena de la oficina de esa manera tan abrupta? ¿No había sido esa la idea desde el principio, dejar que Sidney los viera juntos, para mostrarle lo cerca que estaba de la mujer que Sidney quería?
Y sin embargo, cuando llegó el momento, cuando había llegado el tiempo de enfrentar a Serena y Sidney cara a cara, se había retractado. Quería evitarlo, y ni siquiera podía entender por qué. Era como si algo dentro de él se rebelara contra la idea de usar a Serena de ese modo, aun cuando había sido su plan desde el principio.
Frunció el ceño, intentando deshacerse de la inquietante sensación que le roía. Esto no era propio de él.