—Está bien entonces, si quieres pedir doscientos jin, serán doscientos jin —dijo An Jing, sin intentar persuadir más—. Por cierto, hay algo que necesito decirte: el tofu fermentado que mi esposo y yo hacemos ha mejorado respecto a antes. Ahora se puede conservar por más tiempo, hasta uno o dos meses sin estropearse, e incluso se vuelve más fragante con el tiempo. Los platos cocinados con él saben mejor también.
En otras palabras, si no terminaba el tofu fermentado en quince días, podía seguir almacenándolo y comiéndolo.
Wang Youbao se quedó estupefacto un momento, luego entendió y juntó las manos en agradecimiento:
—Muy agradecido.
—¿Quieres comprar los tarros de mi familia otra vez? Nuestros tarros cuestan seis monedas cada uno, ¿sabes? —preguntó de repente An Jing con una sonrisa.
Wang Youbao se rió torpemente y dijo:
—Hoy sí traje tarros, y en cuanto a esos doscientos jin, mandaré a alguien otro día con los tarros.