La derrota de Penny en aquel único y temible fallo no la desanimó. Por el contrario, le dio más motivación al punto de que todos los que entraron a la casa del terror salían llorando. El tercer día de la semana de la fundación, cerraron su casa del terror por el juego de baloncesto entre el equipo de baloncesto con Atlas y el equipo de Max.
Este era el punto culminante de la semana de la fundación de hoy.
Sentada cerca del banquillo del equipo de Hugo, Penny estaba impresionada.
—Esta es la primera vez que veo un partido de baloncesto —exclamó impresionada, mirando alrededor del gimnasio escolar y lo lleno que estaba—. Está incluso más abarrotado que la asamblea de mi club de fans.
Bueno, principalmente porque casi todos los estudiantes estaban allí para ver el juego.
Este sería el momento de la verdad para el equipo de baloncesto. Probaría si Max era realmente capaz de derrotar a su propio equipo, o si el equipo podía mantenerse por sí mismo sin él.