—Tch, ¿representando a los aldeanos para exigir una explicación a la Familia Mo? —Tía Cai, al enterarse de la noticia, vino y al oír las palabras desvergonzadas de Wang Dali, inmediatamente abrió su boca con sarcasmo—. Qué cara más grande tienes, claramente quieres timar a la Familia Mo, y aún describes el asunto de manera tan grandiosa. Como mujer de la casa, me avergüenzo por ti.
Wang Dali quizá temía a Lin Yong, pero de seguro no temía a una mujer de la casa como Tía Cai. Empinó el cuello y maldijo:
—¿Qué tiene que ver contigo, arpía? ¡Vete a casa a cuidar a tu hijo!
Tía Cai se rió con desprecio, teniendo en baja estima el comportamiento de Wang Dali. Ya no podía molestarse en tratar con este pillo por más tiempo y alzó la voz a los aldeanos que miraban el alboroto:
—Todos aquí tienen la cabeza en su lugar. Yo explicaré la situación para que podamos juzgar esto todos juntos.