Daohua llegó a la cabina trasera y vio a Dong Yuanyao hablando con las pocas personas que habían rescatado. Al acercarse, escuchó que discutían sobre los daños causados por la inundación.
—¡Estás aquí! —Dijo Dong Yuanyao al ver a Daohua y sonrió.
—¿Dónde está la persona que me ayudó antes? —Preguntó Daohua, asintiendo y echando un vistazo alrededor de la habitación.
—Mientras te cambiabas, se zambulló de nuevo en el río y nadó hacia la orilla —Dong Yuanyao frunció ligeramente los labios.
—Qué lástima, ni siquiera sé su nombre. Si no hubiera prestado ayuda, no habría sido tan fácil para mí rescatar a la Abuela Gu y a ese monje extraño al bote —Una expresión de pesar cruzó la cara de Daohua.
—Ese hombre es bastante buen nadador; ¡moverse tan rápido en un río tan rápido! También parecía bondadoso, zambulléndose en el río para salvar a otros en esa situación, debe ser valiente y amable de espíritu —Se rió mientras decía esto.