—Zayne, no puedes matar a mi corte. Ya he estado enviando algunos fuera del palacio y de algún modo has oído lo que dijeron sobre Rosa. Voy a poner fin a eso. Solo un tonto o alguien que quisiera encontrar un problema con Rosa creería eso. No vale la pena matar a nadie por ello —dijo Gage.
—Te pedí amablemente que los reunieras. No voy a pedirlo una segunda vez. ¿Por cuántos años tuve que aguantar al corte sobre mi trasero y metiéndose en tu oído? No los necesitas. Solo están jugando con nuestra familia, tratando de encontrar a alguien que les permita ganar poder. Deshazte de ellos —aconsejó Zayne a Gage.
—Lo estoy, pero la violencia no es la respuesta aquí. Necesitaré hombres para reemplazarlos y si ven la muerte...