Cuando Catherine escuchó la noticia de que había una mujer en el barco con Zayne, no lo creyó. Los soldados no revelaban mucho sobre quién era la mujer, así que tenía que esperar hasta que ella llegara aquí para averiguarlo.
Catherine se imaginó muchas respuestas durante el viaje. Podría ser una cautiva que él tenía que llevar al palacio, no una esposa.
Catherine echó un vistazo rápido a Rosa. No estaba vestida como una cautiva y caminaba alrededor. —Dime la verdad. No te pasará nada por hablar conmigo. ¿Quién eres? —inquirió.
—Yo soy Rose Hamilton —Rosa se presentó de nuevo—. Yo soy la esposa de Zayne. Mira —mostró los anillos en su dedo—. ¿Debería despertarlo para que te lo diga?
—¿Está descansando? ¿Qué le ha hecho esa tierra a mi hijo? —Catherine preguntó, preocupada por Zayne—. ¿Fue presentada como su esposa? ¿Lo dijo él? —Interrogó a los sirvientes. Ellos no mentirían.
Después de que los sirvientes respondieron que sí, Catherine tuvo que creerlo.