Alejandro esperaba pacientemente para ver cuándo saldría Matías de la habitación a la que había entrado con una mujer. Casi se pierde a Matías porque tuvo que disminuir la velocidad para no ser visto, pero logró presenciar cómo entraba en una habitación con una mujer que vivía en el burdel.
Alejandro reconoció rápido partes de este burdel ya que durante el día los obligaban a trabajar aquí a veces, mientras esperaban ser vendidos. Aquí era donde Rosa iba a terminar y Matías sabía exactamente dónde encontrarlo todo el tiempo.
Alejandro apretó su espada. Esperaba que Matías no lo traicionara de esta manera ocultándole donde sabía que estaba Rosa. Ellos querían cosas diferentes y eso estaba bien. Matías no debería entrometerse ocultando el paradero de Rosa.