—¿Se va a casar tan pronto como se divorcie? —Samantha miró a Ricardo con los ojos muy abiertos pero en su interior estaba feliz de que Amelie no hubiera puesto resistencia ni complicado las cosas.
Rodeó con los brazos el cuello de Ricardo, puso morritos y negó con la cabeza.
—¿Cómo puede decir eso? Dios, siempre actúa tan reservada y sensata, regañando a la gente por meterse en escándalos y comenzar rumores, pero al final, ¡es como todos los demás! Todo este tiempo ha estado jugando sucio y manteniendo un affair secreto mientras pretendía ser tan justa y pura. Probablemente está haciendo todo esto solo para molestarte.
Ricardo no hizo caso a las palabras de Samantha.
En verdad, no estaba seguro de qué era exactamente lo que le pasaba a Amelie.