Los ojos de Samantha permanecieron fijos en la salida del comedor, aunque Jason había salido hace bastante tiempo. Un inquietante sentimiento de desasosiego se apoderó de su corazón y su cuerpo temblaba de tensión.
Sin darse cuenta, se puso el pulgar entre los labios y comenzó a morderse nerviosamente las uñas.
—Necesito encontrar el dinero para pagar a Jason lo antes posible. De esa manera, no tendrá nada para chantajearme. El único problema es el bebé... Tyler prometió que se encargaría de él con sus conexiones en el mercado negro. Específicamente le dejé mucho dinero para el trabajo, pero ese estúpido idiota decidió jugar también conmigo.
En verdad, ella no se preocuparía por el niño si no hubiera cometido un grave error al salir de su apartamento.