Kapitel 97: Te lo diré mañana

—Sang Qianqian permaneció en silencio mucho tiempo antes de finalmente darse la vuelta.

La parte posterior de su vestido fue cuidadosamente desabrochada. La luz de la luna brillaba sobre los hombros jadeantes de la chica y las marcas rojas en su espalda.

Su piel era demasiado clara, y las marcas rojas eran aún más impactantes. Los ojos de Shen Hanyu se estrecharon, y un brillo frío destelló en ellos. Tomó el ungüento, y sus fríos dedos cayeron suavemente sobre la piel de la chica.

Su cuerpo tembló, haciéndole pausar. —¿Te duele?

—No, no,

El cuerpo de Sang Qianqian se tensó por completo. —Tú... Será mejor que te apresures.

¿Cómo podría olvidar que hace cinco años, había sufrido una tortura cuando él solamente aplicó medicina en su mano y frente?

En este momento, era varias veces más tortuoso que antes.

Pasó mucho tiempo.

—Listo, —dijo él.

La profunda voz de Shen Hanyu llegó a sus oídos mientras él abrochaba su vestido. Sang Qianqian se levantó aliviada. —Voy al baño.