Comencé lentamente ya que podía sentir su mirada sobre mí, pero justo cuando me acostumbré a ella, comencé a cabalgar a toda velocidad.
Antes de que los caballeros y sirvientas confundidos pudieran entender lo que sucedió, ya estaba en la entrada del palacio. Ordené que abrieran el puente y pronto me dirigía hacia el bosque que estaba detrás del palacio.
—Whoa, whoa.
Yo, que había estado galopando a través del tranquilo bosque durante largo tiempo, hablaba despacio. El caballo se detuvo calmadamente. Me bajé del caballo con cuidado.
—...Bien.
Estaba húmedo en medio del bosque y lejos de ser cálido, pero me gustaba la ligereza y la frescura que sentía en la punta de la nariz. Pensé que no estaría mal caminar un poco ya que podría ayudarme a liberar el vapor. Lentamente moví mis pies con botas de montar hacia adelante.
—Había un lugar como este.
Estas eran palabras que murmuré para mí misma después de haber caminado por un rato.