Weston levantó una ceja. —Podemos simplemente arrancarlas, Su Gracia.
Adeline negó con la cabeza. —No, eso es exactamente lo que ella quiere que yo haga. Ella quiere que destruya las flores que simbolizan a mi buen amigo.
Weston sonrió significativamente ante sus palabras. Ella había pensado de antemano en lo que sucedería. Dorothy podría haber usado la excusa de desarraigar como una manera de separar a Lydia Claymore de Adeline, pero esa estrategia probablemente nunca funcionaría. Sería imposible separar a amigas de la infancia, especialmente con el apego de Lydia a la apacible Adeline.
A veces Weston se preguntaba por qué Lydia se aferraba a Adeline. Pero la miró y tuvo una sensación del porqué. Había algo tranquilizador en el estado distante y silencioso de Adeline, como si no valorara nada en este mundo, ni siquiera a sí misma. Era parte de la naturaleza humana desear algo que no te desea.