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—Me voy a mi cuarto —dijo Gwen con una sonrisa y se alejó.
Bella cruzó sus brazos mientras pensaba por qué Gwen vendría a la casa, pero no podía adivinarlo.
Unos minutos más tarde, entró a la cocina y solo para ver a Gwen preparando una comida, una expresión de fruncimiento se formó en su frente. Miró a su alrededor pero no pudo encontrar al cocinero.
—Eh... No sabía que nos deleitarías con tus hermosas habilidades hoy —Bella sonrió mientras se acercaba a ella, sus ojos examinando hábilmente el entorno en busca de algo extraño, pero no pudo encontrar nada.
—Jaja, como estaba en casa, decidí preparar algo —respondió Gwen.
—Qué dulce de tu parte —Bella sonrió—. Estoy por aquí, si necesitas ayuda —dijo y se dio la vuelta para irse.
—Está bien querida. ¿Ya llegó Nicklaus a casa? —preguntó Gwen y Bella se detuvo.
Ahora sabía por qué estaba aquí. Por Nicklaus. ¿Qué estaría planeando hacer?
—No, aún no. ¿Debo avisarte cuando regrese? —preguntó Bella.
Gwen negó con la cabeza.