Las palabras de Fu Ying eran irritantes.
Esta persona simplemente no sabía lo que eran el respeto o la dignidad.
Mo Yuan replicó enojado:
—Fu Ying, eres demasiado arrogante. ¿Crees que ella cambiará de opinión solo porque la estás persiguiendo? ¿Piensas que el daño que una vez le causaste fue solo pasajero? Estás delirando. Ella nunca volverá. ¡No desperdicies tu energía y arruines su vida!
—Ella es una adulta. No hay necesidad de que tú, su hermano, controles sus relaciones, ¿verdad? —La expresión de Fu Ying se oscureció.
—No la estoy controlando. Solo quiero asegurar su felicidad. Después de todo, soy su hermano —Mo Yuan se burló—. Rao Rao solo será feliz sin ti. Su relación con su novio es especialmente buena. Mi futuro cuñado es un hombre muy gentil. Sabe cómo cuidar de ella y acomodarse a ella. ¿Cómo puedes compararte con él?
¿Shen Feng era su futuro cuñado?
Cuando Fu Ying escuchó esto, se sintió enojado.