Al escuchar los elogios de los empleados, Mo Rao estaba aturdida.
Ella también era una mujer, una mujer que alguna vez había soñado con el romance y el matrimonio.
¿Cómo no le iba a gustar un vestido de novia así?
—Presidente Fu, también puede elegir un vestido para el brindis de la Joven Señora —recordó una asistente de la tienda.
Fu Ying asintió. Bajo la introducción del personal, eligió un hermoso vestido para Mo Rao. Era muy clásico, digno, exquisito y hermoso. La mano de obra no era inferior a la del vestido de novia.
Después de elegir su vestido, el personal pidió a Mo Rao que lo probara otra vez.
Sin embargo, Mo Rao estaba un poco cansada. Aún no se había recuperado y no quería probárselo de nuevo. —Este estará bien. No hay necesidad de probarlo.
—¡De acuerdo! —Asintió la dependienta.
Mo Rao regresó al vestidor para volver a ponerse su ropa, pero Fu Ying todavía la seguía.