—Te daré una oportunidad más. ¿Cómo deberías llamarme? —Han Zhuoli amenazó en voz baja. Su voz ligeramente ronca estaba teñida de atractivo, enganchando su corazón de tal manera que su latido seguía el ritmo de sus palabras.
—Señor Han, suéltame primero... mmph... —Cada vez que Lu Man abría la boca, era interrumpida por su beso.
La persona frente a ella parecía haber encontrado una nueva habilidad. Era excepcionalmente bueno aprovechándose de Lu Man justo cuando estaba a punto de hablar.
Lu Man estaba roja de la vergüenza. Sintiéndolo deslizarse, no podía desenredarse de sus labios y lengua.
Él se presionaba contra ella aún más fuerte. Aún sin que él la sostuviera, Lu Man estaba presionada tan fuerte contra la puerta del coche que ni siquiera podía moverse hacia abajo.
Finalmente, Han Zhuoli la dejó ir. —Intenta llamarme Señor Han una vez más.