Qiao Nian movió suavemente la cabeza. Los pendientes de perla en sus orejas se balancearon, acentuando su rostro pálido.
Los estudiantes estaban todos atónitos.
Una belleza era, de hecho, una belleza. Con solo un pequeño movimiento, era tan hermosa que uno no podía apartar los ojos de ella.
Xia Xue notó las miradas de sus compañeros de clase y se sintió indignada. Sin embargo, todavía se puso un semblante amable y dijo suavemente, "Todos, no estén ansiosos. Iré a buscar al señor Dong Hua primero y pedir su permiso. Si está dispuesto a mostrarse, todos podrán ver a su ídolo".
Cuando los otros estudiantes escucharon las palabras de Xia Xue, estaban todos extremadamente emocionados. Miraron a Xia Xue con expresiones aduladoras.
—Senior Xia Xue, eres la mejor.
—Senior Xia Xue, realmente eres la chica más linda de nuestra facultad. ¡Realmente eres una hermosa y bondadosa pequeña hada!
—Senior Xia Xue, siempre te amaré más que a nadie!
…