Kapitel 3: Encuentros y Tensiones
Después de dejar atrás el claro del bosque donde habían hecho su juramento, Atlemin, Yoltraz y Jhosep se adentraron más en el terreno salvaje, movidos por la determinación y la esperanza de reunir los fragmentos del Tecerapto. El camino era arduo y lleno de desafíos, pero su unidad y la visión de Kraba les daba fuerzas.
En una mañana brumosa, mientras avanzaban por un sendero rocoso, se encontraron con tres figuras que emergían de entre los árboles. Los recién llegados parecían ser habitantes de la región, con ropas gastadas por el tiempo y el trabajo. Se llamaban Svliat, Aria y Frajesmate.
Atlemin, siempre alerta y observador, fue el primero en hablar. "Saludos," dijo, levantando una mano en señal de paz. "Nos hemos encontrado con algo extraordinario y buscamos respuestas."
Los ojos de Svliat, Aria y Frajesmate se posaron en el cristal dorado que Atlemin sostenía. La reacción fue inmediata. Aria, con una mezcla de asombro y temor, exclamó: "¡El Tecerapto!"
Atlemin frunció el ceño. "¿El qué?" preguntó, sin dejar de notar la tensión que crecía en el aire.
Svliat dio un paso adelante, sus ojos se estrecharon. "No les diremos nada," dijo con firmeza.
Frajesmate asintió y añadió con igual determinación: "Vamos a defender con nuestra vida al Tecerapto."
La situación se volvió tensa en un instante. Jhosep, movido por el instinto de proteger a su grupo, sacó la espada de la espalda de Atlemin con un movimiento rápido y preciso. Antes de que Svliat pudiera reaccionar, Jhosep lo agarró por detrás y le puso la espada en el cuello. Yoltraz, siempre impulsivo, tomó la pistola de Atlemin, atrapó a Frajesmate por detrás y le puso el cañón en la sien. Atlemin, manteniendo la calma en medio del caos, sacó su metralleta y apuntó a Aria.
"¿Decían?" preguntó Atlemin, con un tono que no admitía discusión.
Frajesmate levantó las manos lentamente, tratando de calmar la situación. "Ok, ok, los ayudaremos," dijo, su voz temblando ligeramente.
Con la situación bajo control, Atlemin, Yoltraz y Jhosep comenzaron a avanzar, manteniendo a los tres habitantes bajo amenaza. A medida que caminaban, los recién llegados comenzaron a cooperar más, conscientes de que sus vidas dependían de ello.
Mientras se adentraban más en el bosque, Frajesmate, Svliat y Aria comenzaron a relatar historias de los fragmentos del Tecerapto. Describieron lugares lejanos y peligrosos, guardianes míticos y pruebas que habían desafiado a los más valientes. Cada detalle que ofrecían era un paso más hacia el objetivo de los tres amigos.
Atlemin escuchaba atentamente, analizando cada palabra y trazando mentalmente un mapa de su ruta. Yoltraz mantenía una mirada vigilante, listo para actuar ante cualquier señal de traición. Jhosep, con la espada aún en mano, observaba los alrededores, buscando cualquier indicio de peligro.
El grupo continuó su marcha, cada paso resonando con la promesa de aventuras y desafíos por venir. Atlemin, Yoltraz y Jhosep sabían que la información que obtenían era valiosa y que necesitarían toda su astucia y valentía para reunir los fragmentos del Tecerapto. Los tres amigos, ahora acompañados por Svliat, Aria y Frajesmate, se preparaban para enfrentar lo desconocido, unidos por un objetivo común y el juramento que habían hecho bajo la luna.
La jornada se alargaba, y a medida que el sol descendía, el grupo decidió acampar en un claro protegido por altos árboles. La desconfianza aún estaba presente, pero la necesidad de descansar y reponer fuerzas era mayor. Atlemin, Yoltraz y Jhosep se turnaron para mantener la vigilancia, asegurándose de que Svliat, Aria y Frajesmate no intentaran ninguna traición.
Alrededor de la fogata, las tensiones empezaron a disminuir ligeramente. Frajesmate, quizá en un intento de mostrar buena fe, comenzó a hablar sobre las pruebas que rodeaban los fragmentos del Tecerapto. "Cada fragmento está protegido por una prueba," dijo. "Los guardianes han establecido desafíos que solo los dignos pueden superar. Algunos son pruebas de fuerza, otros de inteligencia o de valentía."
Atlemin asintió, tomando nota mental de cada palabra. "¿Y qué hay de las ubicaciones?" preguntó.
Aria, todavía con una mirada cautelosa, respondió: "Hay lugares de poder repartidos por todo el mundo. Montañas sagradas, bosques encantados, templos olvidados. Los textos antiguos pueden tener pistas, pero muchos fragmentos están en lugares que solo las leyendas recuerdan."
Yoltraz, con su habitual impulsividad, se inclinó hacia adelante. "No podemos perder más tiempo. Debemos partir al amanecer y enfrentar esas pruebas."
Jhosep, que había permanecido en silencio hasta entonces, agregó: "Pero debemos ser cautelosos. No sabemos qué peligros nos esperan ni quién más puede estar buscando los fragmentos."
Con un plan preliminar en mente, el grupo se preparó para descansar, sabiendo que el día siguiente traería nuevos desafíos. La noche avanzó y, a pesar de las diferencias iniciales, una sensación de propósito compartido comenzó a unirlos. La búsqueda del Tecerapto no solo era una misión de poder, sino también una prueba de su determinación, lealtad y valentía.
Cuando el primer rayo de sol atravesó el follaje, el grupo estaba listo para continuar. Atlemin, Yoltraz y Jhosep, ahora con Svliat, Aria y Frajesmate a su lado, emprendieron su camino hacia el primer fragmento del Tecerapto, cada uno consciente de que el viaje que tenían por delante sería largo y lleno de peligros. Pero juntos, estaban decididos a enfrentarlo y restaurar el cristal dorado que Kraba les había confiado.
La búsqueda del Tecerapto acababa de comenzar, y con cada paso, la leyenda cobraba vida.
Wöchentlicher Energiestatus
-- Power-
Rangliste 
-- Power-
Stein