Kapitel 256: vida y muerte y eternidad

—... lamentarás haberme conocido.

Quentin se sentó silenciosamente frente a la chimenea en la pequeña sala de estar de su casa. Las llamas danzaban en su rostro, revelando la sombría mirada en sus ojos con cada parpadeo del fuego. Escuchó el crepitar de la madera, junto con los pasos que se acercaban alrededor de la casa en ruinas. 

La comisura de sus labios se curvó hacia arriba al sentir una presencia detrás de él. 

—Lamentarás haberme conocido —Quentin entrecerró los ojos hacia la chimenea—. Eso fue lo que ella dijo antes, y lo hizo realidad enseguida. Lamento haberla conocido.

La esquina de sus ojos se arrugó un poco, echando un vistazo por encima del hombro —Ha pasado un tiempo, Jackson.

Justo cuando las palabras salieron de su boca, Quentin sintió una brisa pasar a través de él. Antes de que lo supiera, su cuerpo ya había dejado el polvoriento sofá y estaba en el aire. Jackson lo sostenía del cuello, mirándolo con intenciones asesinas.