Violeta vio pasar los días con Jack contactando a muchos de los aliados de los Rebeldes y contándoles su plan.
Violeta apenas dormía con la anticipación de su ataque y también esperaba que algo malo sucediera entre medio, desde la amenaza de Arden.
La construcción de las murallas de la Manada Diamante iba viento en popa y le preocupaba que ya estuvieran hechas una vez que partieran para la misión, lo que solo iba a complicarles las cosas.
Intentó distraerse hablando de tonterías con Lucinda y también saliendo a correr por las mañanas, pero nada parecía quitarle de la cabeza la inminente lucha.
Ella y Jack estaban por fin bien, aunque apenas tenía tiempo para estar con él a solas. Él siempre estaba trabajando y asegurándose de que todo estuviera bien para la batalla, por lo que ella intentaba comprometerse con él ayudándole todo lo que podía.
A Lance también le iba muy bien en los Rebeldes.