Tanto Sawyer como Waverly miraron en todas direcciones. Los lobos entraban desde los arbustos y los árboles, arrastrándose hacia ellos, con los ojos brillando a la luz de la luna. Estaban lívidos. Todo parecía moverse a cámara lenta cuando Waverly captó la mirada del lobo negro con el que había luchado no hacía mucho: Matteus.
Le lanzó un guiño con sus brillantes ojos verdes y entonces, casi al instante, todos los lobos atacaron. Ella se soltó y dejó que su forma de lobo tomara todo el control, gruñendo en cuanto sus patas tocaron el suelo. Un lobo al que no reconoció se abalanzó sobre los otros, que seguían inmóviles, y atacó, derribándolos y liberando a Christopher.