*Rebeca*
La oficina estaba en silencio. Siempre había estado tranquilo, pero sin Alessandro era casi solitario. Fue el primer día con Nico como director ejecutivo.
No le habían dado mucha importancia. Apenas habían reconocido el cambio de guardia. Hubo algunos murmullos entre los otros contadores, pero como jefe de contabilidad, sentí que era innecesario comentar nada de eso.
Me sentí bien por el hecho de que al menos ya no salía más con mi jefe. No debería haberme molestado de la forma en que lo hizo, pero fue agradable que las cosas se sintieran un poco más "normales". Aun así, la ausencia de Alessandro dejó mucho que desear.