La mujer al principio parecía atónita, luego soltó una carcajada —Hermanito, eres tan mandón, cada vez me caes mejor.
—¡Gracias! Pero tú me asustas cada vez más —Basil Jaak miró la sonrisa hechizante en los labios de la mujer y sacudió la cabeza sin poder hacer nada. El haberse encontrado con esta némesis natural, no sabía si era buena o mala suerte.
La mujer se rió entre dientes —Hermanito, no tienes que tener miedo, no me interesan los hombres, no te voy a comer.
—Eh... —Al oír las palabras de la mujer, Basil Jaak se sorprendió. Miró a la hermosa mujer en sus brazos con asombro. No esperaba que esta mujer fuera lesbiana.
El hombre con cara de caballo en el lado opuesto pensó que Basil Jaak y la mujer estaban coqueteando. Señaló y bramó a Basil Jaak —Chico, ¿sabes quién soy?