La regañaban sin un ápice de culpa.
—Hai Xiaotang, ¿acaso te importa si tu abuelo vive o muere? El juicio está a punto de empezar y no solo no estás buscando una solución, sino que pasas todos los días en casa. ¿Es eso justo para tu abuelo? —Zhang Yu también estaba inflamado de ira.
—Xiaotang, tu abuelo te adora más que a nadie, y siempre ha sido bueno contigo. ¿Realmente no te importa su bienestar? —Hai Xiaotang se ahogaba con las críticas que le lanzaban.
Desde el percance de su abuelo, había estado intentando todas las formas posibles para ayudar.
Buscó ayuda de otros y corrió en un estado de desesperación.
Parecía que todos sus esfuerzos eran en vano a sus ojos.
Pero no necesitaba que ellos lo supieran todo.
—Encontraré una manera de salvar al abuelo. No ignoraré su situación —dijo Hai Xiaotang con calma.
Hai Rong se burló:
—¿Y cuál es exactamente tu solución? ¿Solo sentarte en casa todo el día sin hacer nada?
—He pensado en todas las soluciones posibles...