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96.77% Diamante de la esperanza / Chapter 30: Capítulo 15: El portador del diamante de la fuerza.

Kapitel 30: Capítulo 15: El portador del diamante de la fuerza.

Capítulo 15 parte 1

— ¿Ya oíste?

— ¿Sobre qué?

Oigo tres estudiantes escandalosos hablando muy cerca de mí mientras esperamos en el salón a que llegue el profesor.

— ¡Ese nuevo restaurante, amigo!

— ¡Sí, el de comida extraña! Tiene un buen ambiente, deberíamos ir.

¿Un nuevo restaurante de comida rara? Seji-sensei debería ponerse a trabajar en serio…

Kenji se acerca a mi lugar, como de costumbre.

— ¡Buenas Uraseku-chan y Kibō!

— Hola.

Kibō está reposando en mi hombro derecho, al parecer el clima si influye en su estado de ánimo.

— Hola, Kenji.

— ¿Oíste eso, Uraseku? Dicen que ese restaurante es muy bueno.

— ¿En serio?

— Ya te digo, ¡por lo que cuentan hace que me den ganas de trabajar ahí! También dicen que llegan chicas muy lindas.

— ¿Tan bueno es? ¿sirve algo especial o qué?

— Ni idea de lo que sirvan, pero suena a que es un lugar muy interesante.

Kibō se recuesta en la mesa mirando al techo y me dice:

— Rayos, si Seji-sensei no te tuviera encadenado en su pupusería habrías podido ir a echarle un vistazo, quizás ahí si te paguen.

— No es como que necesite dinero la verdad, pero bueno, no creí que de la nada se empezara a hablar de un lugar así.

— Nunca te enteras de nada, Uraseku, ¡la más popular y bella del instituto nos habló de ese lugar!

— ¡Mi-Miru-chan…!

No creí que realmente fuera tan popular, pero bella…

Inconscientemente me sonrojo mientras miro al vacío.

Kenji me da un golpe en la cabeza.

— ¡Ay!

— ¡No, amigo! ¡hablo de Ayumi, Sato Ayumi!

— Ummh… no me suena, ¿y a ti, Kibō?

— Nop, pasas con muy poca gente, pero no recuerdo ese nombre.

— Ustedes nunca se enteran de nada… da igual.

De no ser por esto que acaba de pasar, hoy habría sido un día de lo más normal.

Mismas clases y mismo camino de ida a la pupusería.

— ¡Hiroki, limpia las telarañas!

Esa fue la voz de Seji-sensei, empieza a llover de repente.

— Olvídalo, ya vino Rasec, ahora tu limpia las telarañas.

No dejan que descanse ni un minuto…

Hiroki se ríe, Seji-sensei lo voltea a ver y le dice:

— ¿Y vos? Ponte a lavar platos mejor, ¡allá están esos platos muriéndose de risa!

— ¿D-de risa?

— Pues sí, porque ahí están todos tirados.

— ¿Eh?

— Que los laves pues…

— ¡Ah, Uraseku-senpai, bienvenido! — Me dice Miru-chan alegremente.

— H-hola, buen trabajo.

Al menos alguien me saludó al venir.

— Hay pocos clientes hoy.

Quizás sea por el clima, solo veo como tres ancianos pasando el rato.

Hiroki desde atrás dice:

— Así no se puede trabajar…

— Que me laves los platos, dije.

— ¡No hay platos para lavar!

Miru-chan se sienta un rato al no tener trabajo que hacer.

— Es verdad, no ha habido muchos clientes para servirles, incluso Neko-chan se quedó dormida en uno de los asientos.

¿Neko-chan está aquí? Ah, ya la vi, incluso Yasuragi y su gato se durmieron encima de ella.

Hiroki también toma asiento.

— Uraseku, vamos a entrenar.

— ¡P-pero está lloviendo! ¿no sería un poco peligroso?

— Las tormentas me dan miedo desde lo que te pasó, senpai…— responde Miru-chan asustada.

— No tenemos mucha habilidad para defendernos, si deciden venir a atacar sin previo aviso estaremos acabados.

Neko-chan se despierta.

— ¿S-senpai…? ¡Senpai!

— ¡Nya!

Al verme, sale corriendo y arroja al piso a su gato y a Yasuragi que sigue sin despertarse.

Ella vino a abrazarme, ¡Aprieta mucho!

— ¡Agh!

— ¡Todo está muy aburrido! — dice Neko-chan muy escandalosamente.

Seji-sensei se pone de pies y firmemente nos dice:

— Bueno, ya que están aburridos haremos lo siguiente. ¡Vamos a entrenar bajo la lluvia!

— ¡Bien, de eso estaba hablando! — dice Hiroki bastante emocionado.

— P-pero podríamos enfermarnos. — les digo.

— ¿No quedaríamos más al descubierto para ellos? — dice Miru-chan refiriéndose a los portadores de los diamantes invertidos.

Seji-sensei saliendo del restaurante nos dice:

— Si estamos todos juntos no tendremos de qué preocuparnos, mientras todos estemos no tendremos nada que temer, este entrenamiento les servirá para que no se sientan tan asustados por la situación que pasó Rasec.

— Ya veo.

Finalmente entiendo que es lo que quiere hacer.

— Estoy de acuerdo con usted, Seji-sensei, pero… ¡u-usted tiene un dojo, podríamos enfermar si nos mojamos!

Seji-sensei ya bajo la lluvia me voltea a ver.

— Necesitas ganar resistencia, en especial tú. Además de que quizás la señorita Sakurai quiere probar la resistencia de sus uniformes, probarlo bajo la lluvia podría ser una buena idea.

— ¿Uniformes? — se pregunta Kibō.

— Miru-chan terminó los uniformes de batalla por los que han pagado. — le responde Ai.

— ¡Sí, Uraseku— senpai, todos tienen uno! Menos Fujisaki— chan.

Ella va a su rollo supongo…

— ¿Quieres verme con mi uniforme puesto, senpai? — me dice Neko-chan con voz picarona.

— B-bueno… supongo que los veré a todos así dentro de un rato.

— Ya que pasaste todo este tiempo en el hospital no tuve tiempo para entregártelo. — dice Miru-chan mientras saca una caja y empieza a abrirla.

— Oh…

Saca mi uniforme y me lo da sonriendo.

— Es más bonito que el tuyo, Hiroki. — le dice Chikara.

— ¡Oye, son iguales!

Después de ponerme el uniforme y ver lo bien que me queda me animo.

— ¡Muy bien, espero que estén listos para el entrenamiento de hoy!

Nadie me prestó atención.

Lo peor de hacer estas cosas no es que no te presten atención, es que luego te sientes incomodo, y así me estoy sintiendo ahora…

Hiroki sale también muy emocionado.

No se podría decir lo mismo de las chicas cuyo único miedo ahora mismo es el que puedan enfermarse.

Admito que yo también tengo miedo de eso, pero de tantas veces que he estado en el hospital de seguro agarré inmunidad a muchas enfermedades.

Pero ahora toca entrenar fuera.

Capítulo 15 parte 2

Luego de unos leves estiramientos bajo la lluvia noto que los uniformes, a pesar de ser algo pesados, se sienten bastante resistentes y al parecer son impermeables, pero aun así me mojo la cara y la parte frontal de mi camisa interna.

Mientras Hiroki y yo luchamos un rato y Miru-chan junta con Neko-chan practican técnicas juntas, pasan dos chicas que nos ven a lo lejos.

Son Mori-chan y Mizaki-san caminando juntas y compartiendo un paraguas.

Ambas voltean a vernos ya que les llama la atención que estemos afuera en la lluvia.

— ¡¿Z-Zeido-senpai?!

— T-también son Sakurai-san y Sakamoto-san, no sé quién es la niña o el anciano.

— Él es Seji-sama, el encargado de Zeido-senpai.

— ¿Es su padre?

— Pues… no lo sé muy bien realmente, parece más su abuelo o algo.

— Ya veo, espero que no les dé un resfriado por estar bajo la lluvia.

El viento sopla bastante fuerte, ahora mismo me hace sentir demasiado frío.

Las volteo a ver al sentirme observado.

— ¿P-pasamos a saludar? — pregunta Mizaki-san.

— P-parecen ocupados, mejor dejémoslos por ahora.

Ambas después de eso se despiden a lo lejos de mi y siguen su camino.

No sabía que se despedían de mí y fingí no haberlas visto.

Después de un rato, me siento más pesado al estar mojado, y el que de repente llueva más fuerte no ayuda.

— ¡Llueve muy fuerte, Seji-sensei! — grita Neko-chan casi llorando de forma realmente graciosa.

— ¡Con esto sí que pescaremos un resfriado! — dice Miru-chan con los ojos cubiertos por su cabello.

— La mamá de Hiroki se va a enojar. — dice Chikara tirado en el piso.

— ¡Deja de decir eso! — grita Hiroki mientras Nyakoshi, el gato de Neko-chan estornuda.

— Espero que con esto sea suficiente…— les digo muy cansado.

Kibō, también tirado en el piso nota nuestro bajo estado de ánimo.

— Buen trabajo, ahora tomemos un descanso. — dice Seji-sensei muy enérgicamente.

— Ya era hora.

Dicho eso, Hiroki va directo a la pupusería, pero Seji-sensei lo detiene.

— ¡Óyeme! Tonto afeminado, no te he dicho que te dentraras para adentro.

¿Dentraras para adentro?

— ¡Salte para afuera!

¡¿Salte para afuera?!

— ¡¿Cómo quiere que descansemos entonces?! — le pregunté.

Seji-sensei se sienta en el piso, cierra sus ojos y suspira.

— Ah… ¿lo ven? Ahora hagan lo mismo, no creo que se mojen más de lo que ya están.

Esto no tiene ningún sentido…

— Tampoco creo que nos salvemos del resfriado. — dice Neko-chan mientras se sienta en el piso también.

— A este paso no podré ir a la escuela mañana…— dice Miru-chan mientras se sienta en el piso.

— Ojalá el resfriado me mate antes que el diamante. — les digo mientras me siento en el piso y Yasuragi estornuda aun dormido.

— No digas eso, senpai…— dice Neko-chan mientras su gato maúlla y luego estornuda.

— Después de esto debemos ir a la farmacia. — dice Miru-chan mientras Ai estornuda.

— Esto no es nada. — dice Hiroki mientras se siente en el piso, Chikara se ríe de su confianza para luego estornudar.

E resfriado ha comenzado…

Seji-sensei al oír que nos quejamos abre los ojos y nos dice:

— Que delicados, en mis tiempos trabajaba como albañil con los tíos de Rasec bajo tormentas eléctricas, mi desayuno era una gaseosa con un pan francés si había suerte, y podía cargar tres refrigeradores mientras subía una colina bailando. Además, para ir a la escuela pasaba por un río y luego por un desierto y…

Al oír eso, todos nos quedamos realmente inexpresivos…

Llego al punto de ignorar lo que sea que esté diciendo.

Pero bueno, viniendo esas palabras de él sí lo creería.

— Muchos detalles innecesarios, Seji…— dice Chie para luego estornudar.

Y así pasamos el tiempo fuera con los ojos cerrados, tanto así que nos quedamos dormidos sin caer al piso.

Todos, menos Seji-sensei quien se ha mantenido pensando durante todo este tiempo.

Pasado un tiempo, el cielo se despeja.

Durante todo este tiempo no me puse a pensar en algo realmente relevante.

— Suficiente.

Dicho eso, nos despertamos poco a poco para darnos cuenta de que ha dejado de llover a pesar de que sigue nublado.

— ¿Ha d-dejado de llover?

Realmente no nos ha pasado nada, nadie vino siquiera a molestarnos.

Neko-chan se estira para luego sentarse.

— Me siento tan pacífica… ¡Yasuragi sigue dormido!

— Nya…— maulló su gato y luego estornuda.

— Realmente me sentí segura, tanto así que me he dormido. — dice Miru-chan.

Su cabello se ve realmente suave, aunque esté mojado.

Seji-sensei se pone de pie y con su puño al cielo nos dice:

— ¡Bien! Sigan ganando confianza y resistencia entrenando, olviden por ahora la pupusería, Rasec y yo nos encargaremos.

— Excelente, me tocó con el más débil y el más explotado…— dice Kibō inexpresivamente.

— Bienvenido seas…

— ¡Yo también vendré! — dice Hiroki muy enérgico como siempre.

— ¿No puedes vivir sin Rasec o qué? — le dice Seji-sensei.

— ¡No es eso, es por el entrenamiento! ¡necesito hacerme más fuerte que… ah… ¡achú!

Chikara comienza a reírse al ver que Hiroki estornuda.

— Jeje, ahora eres débil. — le dice Chikara mientras se ríe de él.

— ¡Tú también estabas estornudando, pequeña idiota! ¡achú!

Mientras ellos discuten, llega una mujer adulta con un paraguas.

— Hiroki, Olvidaste tu paraguas… ¡Hiroki!

— ¡¿M-mamá?!

— ¡¿La madre de Hiroki?!

No voy a negarlo, se ve realmente fuerte.

— ¡Hiroki! ¡¿por qué estás todo mojado?!

Neko-chan sonríe maquiavélicamente al ver la situación de Hiroki.

— Seji-sensei nos tenía bajo la lluvia. — le responde Neko-chan.

— ¡Oye!

— ¡No te tienes que mojar y lo sabes! — la madre de Hiroki se acerca a Seji-sensei y le dice: — Y usted, Seji-sama, ¡¿por qué pone a mi niño chiquito bajo la lluvia?! ¡se va a enfermar!

¿Niño chiquito? Estoy muriéndome de risa internamente.

Pero si Hiroki me ve reír por eso me mataría…

— Necesita ser fuerte, señora. Este mono necesita hacerse hombre.

— ¡¿Mono?!

En mi país es común decirle "mono" a los niños, pero no creo que fuera necesario decir eso en japones…

— ¡Por eso no quería que mi lindo niño viniera a trabajar! ¡le di permiso para que pase más tiempo con sus amiguitos de la escuela!

Los espíritus de nuestros diamantes comienzan a reírse muy fuerte al igual que Neko-chan, Miru-chan y yo intentamos disimular nuestras ganas.

— ¡Tú no te rías, Uraseku, o veras mañana! Achú…

— ¡Ya se me enfermó mi niño!

En serio es muy escandalosa…

Un corte se hace en la cara de Hiroki por su diamante.

— ¡Ah! ¡¿por qué?!

— Estás siendo débil. — le responde Chikara.

La madre de Hiroki lo toma de la oreja y se lo lleva.

— Vámonos, te haré tu sopita de pollo.

— ¡Ay, mamá…!

Hasta que finalmente se van, todos, menos Seji-sensei y Miru-chan nos reímos.

— Por mamás como esa es que los niños salen todos débiles y afeminados.

Seji-sensei ni siquiera duda en decir esta clase de cosas…

Mientras se ríe, Neko-chan estornuda muy similar a su gato.

Que linda…

Toma a su gato y a Yasuragi que aún sigue dormido.

— La mamá de Hiroki se ve realmente fuerte. — dice Miru-chan.

— Ya veo de dónde sacó toda su fuerza. — dice Ai-chan.

Mientras ellas hablaban sobre eso, una duda llega a mi mente que sería respondida por Chie.

— El corte en el rostro de Hiroki, ¿eso pasó porque se enfermó?

— Normalmente cuando te enfermas te haces débil, por eso el corte. — me responde alegre como si fuera algo normal.

— Entonces, ¿aunque sea involuntaria tu debilidad aun te puede matar el diamante?

— Sí.

Vaya respuesta…

— Si Hiroki está enfermando…

— ¡Hay que cuidarlo! — responde Miru-chan y Ai-chan.

— Yo no lo cuidaré. — dice Seji-sensei.

— Ni yo, tengo que hacer una nueva canción. — dice Neko-chan haciendo un puchero.

— Creo que nadie quiere… ¿umh?

Miru-chan me toma de las manos y me mira con unos ojos grandes y llorosos.

— ¿Tu si vendrás conmigo, senpai?

— Jaque mate, Rasec. — me dice Kibō riéndose.

Maldita sea… ¡no puedo decirle que no a esta belleza!

— B-bueno… solo un rato nomás…

La burbuja que sale de la inexistente nariz de Yasuragi explota y finalmente despierta.

— ¿Eh? ¿ha dejado de llover?

— Vámonos Yasu, tenemos que practicar.

— Ah, sí…

— ¡Bien! ¡adiós, Seji-sensei, Miru-chan, Chie-san, Ai-san, Kibō-san y…! ¡senpai! ¡te espero en mis conciertos! — dice mientras me guiña el ojo.

— A-adiós…

— Realmente extraño a la chica de rojo…— dice Kibō.

Finalmente, damos por finalizado el extraño entrenamiento de este día.

Mañana después de clases tendré que visitar a Hiroki.

Mientras más información tenga sobre los diamantes podré llevar mejor mi investigación.

 


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