Prólogo
— No creí que realmente saldría vivo de esta…
Digo mientras suavemente rasco mi cabeza.
Finalmente se han terminado los exámenes parciales.
Al regresar a la pupusería veo que Seji-sensei está empacando algunas cosas en unas maletas.
— Buenas tardes, Seji-sensei, ¿por qué está equipando? ¿irá de viaje?
Junto con Chikara intentan cerrar una maleta que estaba casi al máximo de su capacidad hasta que finalmente lo logran.
Después de dar un fuerte respiro, Seji-sensei responde a mi pregunta.
— ¿No lo sabes? El segundo domingo de noviembre se celebra el día nacional de la pupusa en El Salvador, como discípulo de Reina-sensei es mi deber ir a ayudarle con la pupusa de ocho metros que planeamos hacer y, obviamente, con la pupusa legendaria.
— ¡Ah!
Mis ojos brillan al escuchar esa palabras que vienen como una dulce brisa en un día de verano.
¡Ver a todos los maestros culinarios de la pupusa reunidos en un solo lugar ayudándose a crear estas ambrosías es una de las experiencias más grandes que existen!
Inconscientemente empiezo a divagar y a babear mientras que Seji-sensei me mira de una forma extraña.
¡No puedo perderme este gran evento!
— Oye Rasec, ¿a qué país irán por el viaje escolar?
Es verdad, aún no hemos decidido a que país ir… y el viaje escolar es este fin de semana…
Pero definitivamente tengo una idea.
— Je… Seji-sensei, olvida que soy miembro del consejo estudiantil y, por lo tanto, tengo el poder suficiente para convencerlos a todos de…
Realizando una pose épica, tomo aire y le digo:
— ¡Ir a El Salvador para el viaje escolar!
Seji-sensei junto con Chie parecen sorprendidos, incluso Kibō.
— Rasec, vivo en tu diamante y hasta ahora me entero. — me dice Kibō en voz baja
— Cállate, Boki…
Lo he dicho, la reunión del consejo estudiantil será después de la entrega de notas… no sé cómo podré convencerlos a todos de ir a El Salvador.
Pero, por algún motivo, sé cómo contactar directamente al presidente de por vida de ese país… ¡Nayiks!
El me ayudará…
Capítulo 9 parte 1
Muy temprano por la mañana me levanto, me quito mi pijama, bueno, la ropa con la que estuve ayer, mejor dicho.
Me pongo mi vestimenta más colorida, una camisa blanca con un pantalón azul oscuro.
Bajo al primer piso y preparo café tanto para Seji-sensei como para mí.
Seji-sensei me ve preparando también su comida y su curiosidad despierta.
— ¿Eh? Son las seis de la mañana, ¿qué haces despierto a esta hora? Y, sobre todo, ¿por qué tomas café?
Temblando por la cafeína volteo a ver a Seji-sensei con los ojos bien abiertos y dejando en evidencia las grandes ojeras que llevo por haberme desvelado anoche.
— Estoy realmente retrasado, Seji-sensei, con todo lo que pasó olvidé muchas de mis obligaciones del instituto, y también olvidé estudiar para los exámenes parciales.
Después de dicho eso, con la taza de café en mi mano voy a sentarme en una de las mesas mientras estudio la historia de Japón.
— Vaya, que irresponsabilidad. — murmura Chie mientras entra borracho a la casa después de pasar tirado toda la noche afuera.
Cuando acabé mi desayuno me dirigí a mi habitación para seguir estudiando lo mucho que me falta.
Kibō parece entender la situación en la que me encuentro y me deja en paz mientras que él se pone a leer una novela de comedia.
Realmente soy malo en todo lo que tenga que ver con Japón, ¿a quién se le ocurrió meter los kanjis al sistema de escritura?
Espera, creo que eso se explicó en el libro que acabo de leer…
Estampo mi cabeza en la mesa por el estrés al pensar en eso.
¡Maldita sea, acabo de estudiar ese libro y ya he olvidado todo!
— ¿Estás bien? — pregunta Kibō al ver que golpeé mi cabeza en la mesa.
Desde abajo escucho a alguien que me llama, es Seji-sensei.
— Rasec, tus amigos están aquí.
Me levanto de mi asiento y con el gran golpe evidente en mi frente junto con Kibō bajamos a recibirlos.
— Vamos a recibirlos, Kibō.
— Sí.
Muy cansado y frustrado bajo las escaleras para llegar al primer piso y recibir a Miru-chan, y Hiroki…
Veo en la puerta a Miru-chan, Hiroki y… ¿Neko-chan?
— Buenos días.
— ¡Buenos días, senpai! ¿eh? ¿por qué estás temblando? — pregunta Neko-chan al verme.
La de manera inexpresiva, pero toda esa cafeína hace que la mire con los ojos bien abiertos y de forma aterradora.
— ¿Qué haces aquí?
— ¡¿Eh?!
El que le haya preguntado eso mientras la miraba de esa forma solo ocasionó que se pusiera nerviosa.
Miru-chan me da los buenos días y me explica porque Neko-chan está aquí.
— ¡Ella tenía curiosidad por ver cómo es el lugar en donde vives!
— S-sí, vine exactamente por eso…
Yasuragi, Chikara y Ai salen de sus diamantes para saludarnos.
— ¡Nosotros estaremos para animarlos!
Yasuragi al verme se asusta.
— ¡¿Qué son esas ojeras?!
— Olviden eso, a propósito, estás muy callado hoy, Hiroki.
— Cállate, yo ni siquiera quería venir, estoy aquí porque no estudié nada…
Hiroki al parecer no está de humor, procuraré no molestarlo tanto hoy.
— Como sea, entonces podemos pasar al comedor, pongan sus libros ahí y…
No terminé lo que estaba diciendo cuando Neko-chan me interrumpe.
— ¡Mejor vamos a tu habitación! — grita Neko-chan alegremente.
— ¿Eh? Ese lugar es muy pequeño y no está muy ordenado que digamos…
Seji-sensei mientras va pasando a mi lado con chocolate caliente intenta convencerme de llevarlos a mi habitación.
— Venga Rasec, tu cuarto es el más grande de esta casa, pueden caber sin problemas.
— ¡S-Seji-sensei!
¡Al parecer ya no me quedan aliados! A no ser que Miru-chan y Kibō me apoyen…
— ¡Será divertido ver tu cuarto, senpai! — me dice Miru-chan alegremente.
— A mí no me importa con tal de que estudiemos. — dice Hiroki muy seriamente.
— ¡Jajaja, ahora sí que te acorralaron!
¡Maldita sea, definitivamente el mundo me odia!
No debo permitir que vean las cosas que ahí adentro tengo…
— Si tanto insisten, denme un segundo…
Dicho eso salgo corriendo a mi habitación para ordenar lo más que pueda.
Con mucho cuidado y aun temblando por las dos tazas de café amargo que me tomé, quito los posters que ahí tengo.
Retiro mis posters de los personajes de vocaloid y de mis juegos favoritos, en su mayoría femeninos como ya era de suponer…
Desesperadamente tomo todas las cajas de mis juegos con chicas de anime en su portada y con sus discos y cartuchos dentro para reemplazarlos con juegos con caratulas relativamente normales.
Estuve a punto de salir cuando me regreso y de mi estantería de mangas y novelas ligeras quito todos los que podrían ser visualmente extraños y los guardo bajo la cama.
Finalmente salgo de mi habitación, jadeando del cansancio y con mis cabellos revueltos.
— Ah… bien… ya pueden pasar… ¡esperen!
¡Había olvidado algo importante!
Entro nuevamente a mi habitación y con una lata de aromatizante con olor a lavanda empiezo a aromatizar el lugar.
Una vez terminado, salgo tosiendo de mi habitación.
— Ahora si… pueden entrar… ah…
Todos se me quedan viendo de forma rara, pero si fueran yo entenderían el por qué.
— Vámonos Chie, iremos a la pupusería, les traeré el almuerzo cuando vuelva.
Seji-sensei y Chie se retiran.
— ¡Si, gracias Seji-sama!
— Con permiso.
Mis amigas, y Hiroki... entran a mi habitación, por primera vez en mucho tiempo enciendo la luz de este cuarto.
Supongo que debí quitar las telarañas… afortunadamente no está tan sucio como yo pensé que estaría.
Kibō se acerca a mí y me susurra:
— Oye, ¿escondiste tus juegos y mangas hentai?
— ¡Ah, Boki, no digas eso! ¡no son hentai!
Desesperado y aun temblando lo veo molesto luego de que me hiciera esa pregunta.
Me pregunto si en algún momento se me pasara este efecto de la cafeína…
Observo a Hiroki desde la entrada de mi habitación viendo un poster de Kagamine Rin.
¡Olvidé quitar ese poster!
— Se parece a la de tu habitación. — le dice Chikara a Hiroki.
— Si, es ella de hecho…— le responde Hiroki muy seriamente.
Me le acerco por detrás y le pregunto:
— ¿Qué estás haciendo?
— ¡Ah, que te importa, tonto!
Él se va y discretamente quito el poster para luego guardarlo.
— ¡Yuju!
Muy alegremente, Neko-chan se tira a mi cama y empieza a saltar en ella.
— ¡Oye, no saltes en la cama o Seji-sensei te dará con la chancla!
Neko-chan se sienta en la cama y dice:
— Cuando estaba saltando sentí algo raro… además, ¿qué diablos es "chankura" …?
Olvidé que ellos no saben que es una chancla, pero por algún motivo se me hace tierno que lo digan mal.
— Dejemos de escuchar palabras raras y mejor empecemos a estudiar.
Si seguimos perdiendo más el tiempo nunca lograremos avanzar.
Debí estudiar cuando pude…
Capítulo 9 parte 2
Muy cansado y aun temblando, pongo las cosas que necesitaré en mi mesa la cual está bastante desordenada, Hiroki se da cuenta de eso.
— Deberías ordenar tu mesa.
— Cállate…
Al ver que la mesa es bastante pequeña, por lógica intuyo que solo cabe una persona.
— Oye, Kibō, ve al almacén de abajo junto con Ai, Chikara y Yasuragi para traer la pequeña mesa de desayuno, creo que sabes dónde está.
— Sí…
Al parecer, con el paso del tiempo Kibō se ha vuelto más obediente…
En todo lo que esperábamos a que regresaran con esa mesa pequeña, nosotros empezamos a ponernos cómodos.
Tomo asiento en mi escritorio y enciendo mi computadora, Neko-chan toma una de mis guitarras eléctricas y se sienta en una esquina a tocar una canción simple mientras Nyakoshi la ve.
Miru-chan y Hiroki observan mi habitación muy confundidos, casi como si no creyeran que es realmente mi cuarto.
Al iniciar en la computadora, lo primero que hago es cambiar mi fondo de pantalla por uno predeterminado del sistema, no necesito decir qué tenía de fondo de pantalla.
Finalmente, borro mi historial de navegación y abro una ventana de invitado, supongo que tampoco tengo que explicar que había ahí…
Acto seguido, ellos llegan con la mesa que les pedí, cargándola a duras penas, les ayudo a ponerla en el piso y, rápidamente, Miru-chan toma asiento al igual que Hiroki.
— ¡O-oye!
— ¡Tu quédate en tu escritorio!
Tch… lo último que quiero es pelearme con alguien ahora…
Al momento de sentarme, Neko-chan deja de tocar un momento y me pregunta:
— Senpai, ¿tienes algunas canciones anotadas por aquí?
Volteo a ver con una sonrisa a Neko-chan.
— Si, son en su mayoría canciones en español, pero puedes intentar tocarlas.
— ¡Asombroso!
A Neko-chan le brillan los ojos de la emoción.
— Están en un folder bajo mi cama…
Espera, ¡¿qué había guardado bajo la cama?!
Muy preocupado volteo a verla mientras está metiendo su mano bajo la cama y saca uno de mis mangas que ahí tenía oculto.
Me quedo estupefacto mientras que ella se muestra inexpresiva.
— S-senpai… ¿qué es esto?
Miru-chan toma el manga y lo observa.
— "Onii-chan no hentai" … ¡Ah!
Muy avergonzado, le arrebato el manga de las manos mientras que Hiroki se ríe de mi desgracia.
— Las canciones están al otro lado de la cama, Neko-chan…
Neko-chan se pone la mano en la boca mientras sonríe y me mira de forma picara.
— ¿Eh? No sabía que te gustaban esta clase de cosas, senpai pervertido…
— Eh… bueno….
¡Maldita sea, por más que me esforcé no pude ocultar toda la evidencia!
— Me-me las ha prestado Kenji, no me gustaron así que los tengo ahí debajo para devolvérselo luego.
— No te excuses. — dice Hiroki con un rostro inexpresivo.
Regreso a mi asiento mientras que Neko-chan ya con las hojas de las canciones anotadas se acuesta en la gran colina de ropa sucia que está en mi cuarto.
— Venga ya, vamos a estudiar.
Los espíritus de nuestros diamantes se limitan a observarnos e intentar ayudarnos por el momento.
— Que difícil debe ser la adolescencia. — dice Yasuragi bastante deprimido.
— ¡¿Eh?! ¡pero si se dice que es la mejor etapa para estar vivo! — dice Kibō sorprendido.
Volteo a ver a Neko-chan muy seriamente.
— Oye tú, no hagas cosas turbias con mi ropa sucia.
— No prometo nada…
Concentro finalmente todo mi ser en el estudio.
Miru-chan nos ayuda a Hiroki y a mí a estudiar mientras que Neko-chan toca las canciones que encontró bajo mi cama.
— ¡¿N-no sabes despejar X?! — le pregunta Miru-chan a Hiroki muy sorprendida.
Creo que yo tampoco sé cómo despejar X… ¡pero cualquier oportunidad para reírme de él no puede desperdiciarse! Pero esta es la excepción, no tengo ganas de burlarme…
Ella llega a ayudarme con la materia de japones.
— No Uraseku-senpai, el kanji se escribe así…
¡¿Eso es un kanji?! ¡¿ven esto que está aquí escrito: 龘?! ¡yo tampoco! ¡¿son cuarenta y ocho líneas?! ¡¿de qué me sirve saber esto si nadie en la vida lo usa?! ¡ni sé que significa!
Miru-chan nuevamente con Hiroki.
— Recuerda que al agua sin mucho calcio y magnesio se le llama "agua blanda" …
Ella es tan inteligente… ¡debo concentrarme!
— A mí me gusta el agua. — dice Ai alegremente mientras les sirve jugo de naranja.
Mientras Miru-chan repasa algunas cosa, Hiroki y yo intentamos ayudarnos, intentamos…
— ¡Serás idiota Hiroki, la Tierra cerca del ecuador gira más rápido que la velocidad del sonido!
— ¡¿A quién llamas idiota, idiota?! Además, ¡¿cuánto es eso!?
— Eh, ummh, no lo sé…
— …
Poco a poco íbamos avanzando, Miru-chan no tenía de que preocuparse ya que es la única de nosotros que realmente ha estudiado y, bueno, Neko-chan solo vino porque sí.
Al momento de pasar al inglés, incluso Miru-chan llego a pedirme ayuda, por si no lo saben, sé hablar inglés.
— Senpai, ¿cómo se lee esta palabra?
— Eh, se lee como "everyone" …
— Oye, tonto, ¿cómo se escribe la letra con la que haces el sonido de "O"?
— ¿Llamas tonto al que te está enseñando? Solo haz un círculo…
Es muy cansado enseñar esta clase de cosas, ahora entiendo cómo se ha sentido esta última hora para Miru-chan…
— Uraseku-senpai, se ve que le entiendes mucho a estos temas.
— Ah, sí… es que sé hablar un poco de inglés…
No sé porque dije "un poco", supongo que algunas tradiciones japonesas se me van quedando, entre ellas están el no presumir de algo y hacerse el humilde, aunque sea el mejor en algo, o no sé si siempre he sido así…
— ¡Asombroso, no sabía que hablabas inglés!
Hiroki muy confundido nos mira.
— ¿No sabías? Pero si son amigos desde hace tiempo.
— Hay cosas sobre él de las que me he enterado justo este año, me gustaría saber qué otras cosas me ocultas, Uraseku-senpai.
Dijo eso mientras me mira con una aterradora y amenazante sonrisa en su rostro.
— ¡Eh, lo lamento! Supongo que debería hacerlo.
Realmente no soy alguien extrovertido, por eso no llegaban a saber mucho sobre mí.
Obviamente y con el paso del tiempo comenzamos a sentirnos cansados, había pasado el mediodía y no hubo ni habrá rastros de Seji-sensei con nuestros almuerzos.
Neko-chan se queda dormida en mi montaña de ropa sucia, Miru-chan se ha quedado repasando y Hiroki se está peleando con Chikara.
— ¡Eres un tonto, Hiroki!
— ¡Tu ni siquiera estudias, Chikara!
Esos dos sí que hacen mucho ruido…
Yo me he recostado en la mesa, siento que me sale humo de la cabeza, porque realmente eso está pasando.
Mi cabeza realmente está emanando humo, como si alguien estuviera haciendo un asado con mi cerebro.
Kibō muy preocupado llega y me lanza un extintor, no leyeron mal, me lanzó un extintor.
— ¡Ay! ¡idiota, así no es como se usa!
Le grito muy furioso a Kibō, al menos agradezco que se haya preocupado, y que no me haya dejado inconsciente…
Al final, los espíritus de nuestros diamantes junto con Miru-chan y Hiroki hicieron un círculo mientras toman jugo.
— S-Seji-sensei ya no vino con la comida…
Dicho eso poco a poco levanto mi cabeza de la mesa mientras muerdo granos de café.
— De seguro tiene mucha clientela en el local…
— Umh… ¡Kibō, tráeme, aunque sea un churro, el que sabe a tocino! Y aprovechando tráeme un café…
— Uraseku-senpai, no creo que debas beber tanto café…— dice Miru-chan muy preocupada.
Kibō junto con Yasuragi van a traerme las cosas que pedí.
Realmente no sé si sea malo beber tanto café en un día… lo que sea para no dormir y poder estudiar hoy, espero que no cause muchos efectos negativos.
¿Umh, cuáles eran los efectos negativos? ¿ansiedad, insomnio, nerviosismo…? No es como si no tuviera ya eso… no debería preocuparme.