—Su Yin aún se preguntaba cuándo —sintió una presencia familiar detrás de ella. Tan familiar que Su Yin no necesitaba voltear para saber quién era. Entonces... ¿todo era para que Ji Zhihan lo viera, no es así?
Su Yin miró a Shen Feichi, que estaba tendido en el suelo con dolor, con una fría indiferencia, su expresión de agonía no parecía fingida. Su Yin pensó que era una lástima que Shen Feichi no se dedicara al mundo del espectáculo. Con esa habilidad de actuación, merecía un Óscar.
—Zhihan —Shen Feichi lo llamó con dolor.
Ji Zhihan pasó por delante de Su Yin, se agachó y ayudó a Shen Feichi a levantarse. Shen Feichi se apoyó en el cuerpo de Ji Zhihan como si no tuviera huesos. Ji Zhihan ayudó a Shen Feichi a llegar al sofá cercano.
—¿Dónde te caíste? —Ji Zhihan le preguntó.
—No sé, parece ser mi pierna.
—¿Aquí? —Ji Zhihan acarició el tobillo de Shen Feichi.
—Ah —En cuanto lo tocó, Shen Feichi gritó.
Su voz era caprichosamente coqueta. Ella dijo: