Los espectadores circundantes también estaban bastante sorprendidos.
No era difícil para todos decir que Lu Ming y Xie nianqing eran definitivamente amantes. Sin embargo, a esta pareja de amantes se les había organizado luchar uno contra el otro.
Todos estaban muy curiosos. ¿Cuál sería el resultado de los dos?
En el ring de lucha, Lu Ming se tocó la nariz, sintiéndose bastante indefenso.
—Lu Ming, ¿quieres admitir la derrota? —preguntó Xie nianqing con una sonrisa traviesa, entrecerrando sus grandes ojos y revelando una mirada astuta.
—¿Admitir la derrota? Claro, pero... —While Lu Ming hablaba, miró a Bing Kong y al resto al pie de la escalera—. En una batalla con Xie nianqing, no importa si gano o pierdo. Si Xie nianqing quiere que admita la derrota, lo haré. Me preocupa que si Xie nianqing gana, tendré que enfrentarme a Bing Kong y a los demás.
Con la cultivación actual de Xie nianqing, no es rival para Bing Kong y los demás.