Habían pasado días en un torbellino mezclado, pero finalmente Kieran se levantó de un salto en triunfo, apretando emocionadamente los puños e inhalando bruscamente. Una sensación de victoria lo inundó tras dedicarse noche y día a su incansable intento de traducir la travesía completa.
Fue una experiencia agotadora y anestésica que inspiraba náuseas al pensar en aprender más runas. Aun así, era un proceso integral que no desecharía.
—¡Finalmente! Ha terminado —suspiró Kieran aliviado, sentándose después de su arrebato celebratorio.
Traducir la información era solo la mitad del desafío. El segundo paso era entender la información y deducir cómo podía llevar a una Mazmorra Oculta.
Afortunadamente, no estaba solo en esta etapa.