—¿Quién eres? —preguntó Linus con voz firme, ya sospechoso como de costumbre—. ¿Y qué quieres?
El anciano sonrió lentamente. —Soy el guardián de este laberinto, y estoy aquí para poner a prueba tu valentía y tu habilidad —respondió con una voz áspera y oscura—. Si deseas continuar, tendrás que enfrentarte a un desafío.
—¿Qué tipo de desafío? —preguntó Kaizen, bajando una espada y poniendo un brazo delante de Linus para evitar que atacara.
—Un desafío que pondrá a prueba tu astucia y tu valentía. Hay tres puertas frente a ti. Detrás de cada una hay un desafío que debes superar para llegar al otro lado. Si puedes superar los desafíos, encontrarás el camino que buscas. Si no puedes, quedarás atrapado en este laberinto para siempre —explicó el anciano con una sonrisa siniestra.