Max tenía la pierna izquierda rota, el tobillo derecho aplastado, múltiples heridas en el estómago y una barra de HP roja al borde de tocar 0, por lo que cuando un enfurecido Mazda se acercó cojeando hacia él, Max sabía que estaba jodido.
Max no estaba en posición de luchar contra su oponente, pues tampoco estaba en posición de usar su arma más significativa, la agilidad y percepción.
Tal como estaban las cosas, un solo ataque de Mazda enviaría a Max a la vida después de la muerte y tenía muy pocas o ninguna posibilidad de esquivarlo.
La parte positiva, por otro lado, era que la situación de Mazda no era mucho mejor que la de Max.
Su HP también estaba casi en 0 y él también podría morir potencialmente de un solo ataque de Max si este lo golpeaba de manera limpia y directa.
La única diferencia ahora era que Max tampoco tenía capacidades ofensivas, con su mana casi a cero, lo que significaba que debía confiar en el Agni-Astra o su habilidad de linaje para lanzar un ataque.