Marcos fue llevado ante Regus y actualmente esperaba juicio sobre su castigo mientras se sentaba ante su padre, un hombre quebrado y llorando.
—Yo la amaba, padre —sollozó—. Solo quería que fuera mía, pero el hombre enmascarado me la robó, ¡él me la robó!
Luego empezaron a besarse frente a mí, me rompió el corazón, no lo soportaba, quería hacer pedazos a ese hombre, quería hacer pedazos a la mujer, quería hacerles sufrir por haberme roto el corazón.
Así que ataque, pero el hombre es un capitán, debe ser de nivel 4 o incluso más fuerte, así que naturalmente me derrotó.
—¡No había nada que pudiera hacer! —Marcos presentó su caso, pero no había ni un atisbo de simpatía en los ojos de Regus hoy.
—Eres patético. Incluso hablar contigo hoy es un desperdicio de mi aliento.
—Si sabías que la otra persona era más fuerte, ¿por qué te enfrentaste en una pelea como un idiota?
—¿Por qué no esperaste hasta ser lo suficientemente fuerte para enfrentarlo y luego tomar tu venganza?