Max se mantuvo con los brazos abiertos al pensar que Asiva venía a abrazarlo.
Max era extremadamente apasionado por Asiva y su seguridad era su prioridad número uno, pero nunca había ordenado sus sentimientos por ella de manera romántica, razón por la cual, cuando ella apartó sus brazos para darle un beso directo, Max quedó completamente desprevenido.
—¡Sí! —Anna soltó un grito de alegría, había estado apoyando secretamente este momento durante mucho tiempo, mientras que Severus siempre sospechó que algo pasaba entre ellos, sonriendo al observar la situación que se desarrollaba.
Asiva no se preocupó en lo absoluto por los demás que miraban mientras besaba apasionada y enérgicamente a Max, empujando su lengua en su boca húmeda y mordiéndole los labios para sacar un poco de sangre.
Siendo vampiros, el tipo de beso más íntimo que la especie podía compartir no era el intercambio de saliva, sino de sangre mientras Asiva devoraba la de Max mirándolo apasionadamente a los ojos.