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Keane Kingsman recibió el primer latigazo sin emitir ni un solo sonido, mientras una gran laceración se producía en su espalda en un ángulo de 30°, y la sangre rezumaba de su herida.
—Chapaak.
El segundo latigazo lo dio aún más fuerte el oficial disciplinario ya que no solo golpeó su espalda, sino que también lo hizo sobre su hombro, y esta vez el montañés Keane mostró signos visibles de dolor, al hacer una mueca y morderse la lengua para evitar gritar.
—¡Más fuerte! ¡Gólpealo más fuerte! ¡Queremos oírlo gritar! —alguien del público gritó, mientras los demás vitoreaban, ya que querían desesperadamente verlo sufrir, sus mentes sádicas obteniendo placer del dolor ajeno.
Al no ver a Keane gritar, algo dentro de Max se rompió, aunque él mismo no lo notó, comenzó a usar subconscientemente su habilidad de 'manipulación de sangre'.