De regreso en el palacio, en otra habitación, Sam y Erica estaban ambas abrazando un huevo...
—Sam, ¿cuánto tiempo más tenemos que seguir abrazando esto? —preguntó Erica.
—No te quejes. Hermana Lillia tenía muchas cosas que hacer, así que solo estamos ayudándola. Y Nellie estaba dando a los demás un recorrido guiado por el palacio. Como sus hermanas, estamos obligadas a ayudar a Hermana Lillia ya que de todas formas no teníamos algo mejor que hacer —respondió Sam. A ella también le resultaba aburrido, pero estaba dispuesta a ayudar ya que el bebé de su marido estaba dentro.
—Lo sé, pero me están dando calambres en los brazos... —se quejó Erica. Actualmente estaban en un dormitorio lateral del palacio donde hacía mucho más calor que en las otras habitaciones para mantener el huevo tan cálido como fuera posible.