—Phoenix tardó casi todo el minuto de bloqueo temporal de Galtion, antes de sentir que el último hilo de mana que lo controlaba se había roto. Se apresuró a dejar de pseudo-cremarlo y sacó algo de su inventario que había estado guardando durante un tiempo.
Había comprado este artículo en los mercados de Temiscus, cuando pasó por esa ciudad hace algún tiempo, poco después de que el torneo terminara. Le había costado una suma considerable de oro, para hacerse con él, ya que estos eran raros.
Dentro del frasco de cristal que sacó, un líquido rojo espeso, centelleando en luz dorada. Esta poción curativa, que era algo que los alquimistas de Temiscus producían en pequeños lotes y que mayoritariamente adquiría su ejército, supuestamente curaba al instante la salud de cualquier persona por completo.