—¡¿Qué demonios quieres decir con que todos desaparecieron?! —el hombre exclamó mientras destruía su mesa con la mano.
—No-No podemos continuar con la búsqueda. Hay rumores de la aparición de un monstruo poderoso en el Bosque de Lemar —respondió el tipo frente a él.
Pero la respuesta no satisfizo al hombre; su enojo era completamente visible en su rostro.
Su subordinado no tenía palabras para explicar la situación.
Que tantos Rangadores A hubieran desaparecido no tenía sentido para él.
—¿Necesitamos al Rango S? —murmuró el hombre, frunciendo el ceño.
—Maldita sea —pateó la parte rota de la mesa.
Su fuerza fue suficiente para dejar una marca en la pared.
Su molestia era comprensible ya que no solo perdieron contacto con sus miembros poderosos, sino que también los artículos que estaban siendo contrabandeados habían desaparecido.
Y todavía no estaban seguros de si esas personas habían caído ante un monstruo o si alguien más las estaba atacando intencionalmente.