—Una sola lágrima cayó de los ojos aparentemente apagados de Alyssa cuando vio el nombre de su madre fallecida.
Antes, ella era una maga alabada por su destreza y habilidades notables. Ahora, sin embargo, su nombre solo invocaba odio en los corazones de las personas.
Imágenes de su difunta madre inundaban la mente de Alyssa, mientras los gritos de sus pesadillas resonaban en sus oídos.
La lágrima que aterrizó en el libro se evaporó, protegida por un hechizo, pero fue la única lágrima que Alyssa derramó.
—Ya no soy débil —murmuró mientras pasaba la página.
—Te lo prometo, mamá —dijo Alyssa con sus ojos sin emoción.
A pesar de su apariencia, por dentro, sus emociones eran un desastre.
Le costaba controlarse, pero sabía que tenía que hacerlo.
Sabía que si se desmoronaba aquí, desperdiciaría todas las oportunidades que había recibido hasta ahora.
Fuera del Santuario,