—Su ira, su desesperanza, su falta de poder... todo resonaba dentro de su mente, corrompiéndola lentamente. Podía sentirlo; cuanto más tiempo pasaba en este lugar, reviviendo sus recuerdos, más le afectaría cuando volviera al mundo real.
—Él sentía, veía, olía y oía a través del cuerpo de su yo pasado. Sin embargo, por mucho que quisiera moverse o hablar con su yo interior, no podía.
«¿Qué está pasando?», pensó Aiden, frustración lentamente apoderándose de él.
—Él era simplemente un espectador, mirando la situación a través de los ojos de su yo pasado. Se sentía extraño, y nunca se había imaginado estar de vuelta allí en su habitación, mirando la televisión.
—Luego, su cuerpo, que estaba sentado en su colchón delgado y barato, se levantó, dirigiéndose hacia la puerta.
—Aiden no estaba seguro de cuántos años tenía. Sin embargo, estaba seguro de que ya no era un niño. Fue unos años después del torneo en el que había salido en la cima.