—¿Pueden controlar todo aquí o qué? —murmuró Aiden—, simplemente no entendía cómo esto era posible.
Era como si pudieran decidir lo que querían hacer con todos en el interior. Probablemente era sólo una impresión, pero aún resultaba aterrador al pensarlo.
No tenía ningún control sobre sí mismo... una vez más.
Le hacía sentir lo impotente que era, pero rápidamente reprimía ese sentimiento al llegar al centro de una Arena.
Los vítores resonaban por todas partes a su alrededor, mientras miraba alrededor en las gradas, observando a todas esas personas que en ese momento miraban hacia abajo a los 200 awakeners más talentosos de esta generación.
Y, era extraño pensar que Aiden era parte de ellos ya que no había sido parte de su mundo hasta hace no mucho. Pero se había adaptado rápidamente y ahora estaba aquí, admirado por muchos.
—¿Estás nervioso? —dijo Olivia, mientras aparecía junto a la apariencia enmascarada de Aiden.