Sus ojos estaban fijos en el cuerpo de Aiden mientras ella seguía murmurando algo que Aiden no podía entender bien.
Ella seguía abrazándolo y luego su murmullo se detuvo cuando su boca se abrió, esta vez hablando en voz alta.
—Hazme lo que acabas de hacerme otra vez —le ordenó él, queriendo tener esa sensación de nuevo.
Aiden, como de costumbre, decidió mentirle a Emma sobre su habilidad ya que no sabía qué tenía Emma en mente.
¿Estaba enojada?
¿Estaba feliz?
Aiden simplemente no podría tener una idea ya que esta chica era demasiado impredecible, después de todo, había abrazado a Aiden sin ninguna razón aparente.
—¿Qué hice? —preguntó él actuando como si no estuviera al tanto de la situación.
—Bueno... sabes cuándo controlaste mis emociones —dijo ella, mirándolo profundamente a los ojos.
Sus ojos parecían excluir una cierta emoción, pero Aiden no podía identificarla ya que nunca la había sentido antes.
Era una mezcla de obsesión y amor.