—Eres un caso raro, Aiden —dijo ella, notando todas las diferencias que él tenía con las otras personas que había conocido antes.
—¿Así que yo soy el raro, eh? —dijo Aiden sonriendo un poco, mirando a Emma.
—¿Qué se supone que significa eso?
—No te preocupes por eso, ¿quieres que empiece a enseñarte un poco sobre cómo luchar con un puñal?
—No intentes cambiar de tema; ¿crees que soy rara, no es así? —preguntó ella de nuevo, enfadándose.
—Sí, claro, lo eres.
—No, claro que no, eres la persona más normal que existe —mintió él, ya que no quería lidiar con otro problema.
Lo que quería hacer era dejar de perder tiempo discutiendo y empezar a practicar porque cuanto antes empezara a practicar, más oportunidades tendría de usar la técnica Everheart.
—¿Verdad?
—Eres. Ahora, ¿podemos empezar el entrenamiento? —dijo él.
—¿Quieres que empiece enseñándote cómo usar un arco o prefieres empezar aprendiendo a luchar con un puñal?