Asche no había olvidado la apariencia de Rain a lo largo de los años desde su supuesta muerte; sus rasgos estaban grabados en su memoria, inalterados por el paso del tiempo. Sin embargo, mientras Rain hablaba de su pasado y su supuesta desaparición, un destello de incertidumbre surgió dentro de ella. Sus últimas palabras antes de su aparente muerte eran algo que había relegado a los recovecos de su mente, un evento que había decidido olvidar.
Las palabras de Rain evocaron recuerdos enterrados hace tiempo, emociones que había sepultado con ellos. Su repentino regreso y mención del pasado provocaron una mezcla de emociones: confusión, duda y un atisbo del dolor que había trabajado duro para suprimir...
—Bueno, ¿qué es? —preguntó Rain. —¿Vas a seguir intentando matarme con el arco que te di?
—... Si eres quien dices ser, ¿por qué solo apareciste ahora? —dijo Asche aún mirándolo fijamente.