«Sí, sigue perdiendo el tiempo admirando lo bien que me veo», pensó Rain.
A pesar de su curiosidad y las negociaciones de tregua no resueltas, Rain sabía que enfrentarse a dos dragones de fuego al mismo tiempo era una proposición extremadamente peligrosa. Aunque podría haberse planteado la idea de probar sus habilidades contra un solo dragón, enfrentarse a dos de estas formidables criaturas era simplemente un riesgo demasiado grande. Ahora las prioridades se orientaban hacia garantizar la seguridad de él y sus compañeros, Branden y Esmeralda, ante una amenaza tan intimidante. Las conversaciones de tregua tendrían que retomarse en un momento más oportuno y menos peligroso.