Kelly tenía que asegurarse de no estar imaginando cosas y adelantarse a los acontecimientos, mientras sacudía la cabeza para recalibrar lo que estaba pensando. La Magia era espectacular; podía hacer un número de cosas y contribuía a una cantidad de grandes avances en el mundo, dándoles lo que tenían hoy.
Sin embargo, una de las cosas que no era posible era la comunicación completa con otros animales, una forma de hablarles o descifrar lo que sus sonidos intentaban comunicar.
No obstante, también sabía que los animales podían ser muy inteligentes; a menudo podían entender las emociones de las personas, su lenguaje corporal y entender un número relativamente grande de palabras. Así que era posible que este fuera solo uno de esos casos.
—Sé que quieres que vaya al libro, pero ahora mismo tengo más curiosidad de saber si puedes entenderme o no —dijo Kelly en voz alta.